jueves, 29 de julio de 2010

A PLENA LUZ DEL DIA EXHUMAN ESQUELETO DEL CABALLO DE SIMON BOLIVAR PARA CONSTATAR SI ERA BLANCO O ERA NEGRO

En un acto de profundo fervor patriotero digno de los tiempos heroicos que recorren a América latina, un grupo de expertos veterinarios, zoólogos, arqueólogos, pronosticadores hípicos y vendedores de carne de caballo por lomo de aguja, traídos especialmente por el Ministerio del Poder Popular para el Desarrollo de los Derechos de Todos los Animales en Peligro de Extinción Por Culpa del Capitalismo (MPPDDTAPEPCP), bajo el Saman de Güere donde orinó por ultima vez el noble bruto que llevó sobre sus sudorosas ancas al Libertador de cinco naciones, se llevó a cabo la exhumación del esqueleto blanco del glorioso caballo blanco de Bolívar, ese mismo que sale en todos los cuadros, escudos y libros de la Historia de Venezuela.


Esta investigación científica, apoyada en el uso de la más alta tecnología prestada por el Imperio, patria del Derby de Kentucky, la carrera de equinos mas famosa del mundo, bajo los mas estrictos protocolos y procedimientos, tiene como objeto dilucidar uno de los misterios mas escabrosos y trascendentales que ha carcomido la conciencia histórica de Venezuela, América y el mundo: saber si el caballo de Bolívar en realidad era potro o yegua, burro o mula, y, lo mas importante de todo: saber si era blanco o negro.



De la misma forma que fue imprescindible para los intereses de la nación el voltearle la cabeza para que mirara de frente, porque como es bien sabido un caballo nunca tropieza con la misma piedra dos veces, ahora es asunto de vida o muerte esculcar en lo mas profundo de su ADN, escarbar hasta el ultimo de sus fragmentos óseos, sacudir hasta el ultimo grano de polvo microscópico y así develar la vieja polémica planteada allá por 1853, cuando uno de los peones de Páez puso en duda el sexo, color y raza de la cabalgadura del padre de la patria, mientras en medio de una borrachera de chimó vociferó a los cuatro vientos, en presencia de otros peones, caballerizos y capataces, que su papa le contó que Bolívar nunca había montado sobre un caballo blanco, sino sobre una yegua negra, que nunca volteaba patras, lograba saltos impresionantes (lo cual explica por qué el Libertador siempre conseguía huir rápido de los españoles que querían matarlo) sin cansarse nunca.



Este descubrimiento le vendría de perlas a toda la parafernalia patriotera, feminista y multicultural que se ha venido propagando por todo el país, pues qué mejor que haya sido una hembra de raza negra la que haya cargado sobre sus lomos al varón más valiente que ha parido esta Tierra machista y racista.



La mala noticia, sobre todo para las desmejoradas arcas del tesoro nacional, seria que, de corroborarse esta primicia, el gobierno bolivariano, revolucionario y socialista-no-marxista tendría que ordenar inmediatamente el retiro masivo de cuadros, murales, papelería oficial, billetes y demás documentación grafica en donde aparezca el altivo, caucásico y patriarcal caballo blanco (acaso primo del de Napoleón y de los mismísimos Reyes de España, que también cabalgaron sobre arios corceles), para así sustituirlos por azabaches potras relancinas y corcoveras, y así realzar y homenajear simbólicamente a todas aquellas heroínas anónimas que siempre son olvidadas en todas las fechas patrias, desfiles y demás coreografías cursilonas y fastidiosas para celebrar hasta los mas mínimos detalles del pasado histórico mas irrelevante, como las amantes de los próceres, los botones de los chalecos o los trozos de tierra donde escupían la mascada de tabaco después de las batallas.



Este hito sin precedentes en la historia hípica del mundo servirá, aprovechando el impulso, para otras imprescindibles indagaciones que nos ayuden a despejar nuestros mas profundos y antiguos traumas sociales, lo cual también nos servirá para superar todas nuestras falencias como pueblo subdesarrollado, como saber qué tipo de fibra se usó para confeccionar la peluca de Miranda, si los lentes de Simón Rodríguez eran bifocales, por dónde le sacaron el apéndice a Páez, o de qué lado se hacía la carrerita Ezequiel Zamora cuando se peinaba.



El pueblo de Venezuela, los aficionados a las carreras de caballos, apostadores, preparadores, jinetes, jugadores de polo, coleadores, y taxidermistas esperan con ansias los resultados de esta exhumación, y así poder despejar todas sus dudas, las cuales los tienen a todos sufriendo insomnio y estrés, y poner en su justo lugar a ese noble cuadrúpedo sin el cual nunca se habría liberado a la patria.